Los viajes solidarios están destinados a personas viajeras que además de conocer la comunidad de su destino, quieran aportar su grano de arena en el desarrollo de la misma. Se trata de concienciar sobre el turismo responsable y desde la solidaridad. Viajar a un terreno donde una ONG actúa y conocer su labor, conocer la comunidad y consumir productos y servicios conscientemente para que haya beneficio en la comunidad local. Es un viaje de una a cuatro semanas de duración, aproximadamente, en el que la ONG, y las personas viajeras acuerdan cómo van a pasar esas semanas y cómo puede ser beneficioso para las ambas partes y la comunidad local
Actualmente, las posibilidades de viajar internacionalmente están abiertas a casi todo el mundo, y aunque hay muchas formas e intereses a la hora de viajar, es importante destacar el impacto social que tiene el turismo, y cómo podemos mejorar la experiencia tanto para nosotros como para nuestro destino.
Cada persona tiene unas preferencias y circunstancias particulares, pero si estás considerando un viaje solidario, tiene que existir el sentimiento de compromiso, de empatizar con la cultura local sin comparar con tu país de origen, de apertura mental sin prejuzgar y sobretodo las ganas de aprender en todos los aspectos para desarrollarte como persona y así poder vivir , en su totalidad la experiencia.
¿Cómo se puede hacer un viaje solidario?
Hay muchas formas de colaborar con las comunidades; la más simple es contactar con una ONG de tu interés y viajar y hacer la aportación económica en el país, visitar proyectos de cooperación y también acudir puntualmente a iniciativas solidarias.
Suelen durar de una a cuatro semanas, en periodos de vacaciones como semana santa o verano. Normalmente, formado por grupos pequeños acompañados en todo momento de los organizadores y responsables de la ONG o la propia comunidad. Otro factor importante es que no se requiere una formación o experiencia previa, ya que no se tendrá la responsabilidad de sacar adelante ningún proyecto o actividad social. Esa parte recae sobre las personas organizadoras del viaje que estarán disponibles y como referencias de las personas viajeras.
De esta manera, mientras disfrutamos de las maravillas de otra cultura, somos conscientes y actuamos según nuestra responsabilidad social. Sensibles ante las desigualdades presentes y partícipes en la lucha por cambiar un trocito del mundo.
Los viajes solidarios son la oportunidad perfecta para aquellas personas que todavía no se han adentrado en el mundo del voluntariado. Las personas viajeras se deshacen de la incertidumbre, de las dudas e inseguridades, del miedo a lo desconocido.
Diferencias con el voluntariado internacional
No estamos ante una experiencia de voluntariado internacional; el turismo solidario va más allá del turismo tradicional, pero no forma parte de los proyectos de desarrollo organizados por ONG locales.
Los voluntariados internacionales tienen una duración de un mes a un año, y puedes encontrar proyectos activos en cualquier época del año, y en vez de contribuir sólo con dinero, la persona o grupo aportan su tiempo, experiencia,conocimientos y esfuerzo.
Además, las personas voluntarias deben en muchos casos tener una formación específica, ya sea idiomas, conocimientos específicos, etc.
Está claro, que la mayor diferencia entre las dos es el nivel de dedicación al proyecto y al desarrollo socio-económico del lugar. Ambas tienen grandes implicaciones y son útiles para la comunidad, sin embargo el tiempo de dedicación y la preparación necesaria para un voluntariado internacional, no la requiere un viaje solidario y eso es lo que hay que tener en cuenta.
A la hora de elegir entre los dos piensa, sobre todo, en tu capacidad de dedicación y disponibilidad, ya que para afrontar un voluntariado internacional tienes que estar bien preparado y preparada. Aquí podrás ver los proyectos activos en nuestra web.