Una vez que te hayas decidido por el proyecto que más se adecue a tus características y preferencias, es hora de planificar tu viaje, y no me refiero a reservar los vuelos o comprar ropa de deporte, desde Gotongo te recomendamos que meses antes de tu voluntariado hagas un ejercicio de autocrítica sobre por qué realmente quieres hacer voluntariado, te ayudará a disfrutar de la experiencia al máximo.
Ten tus preferencias claras; existen miles de proyectos, asegúrate de que tienes claro que el proyecto de tu elección coincide con tus valores, y aún más importante, el chat privado de la web tiene una gran utilidad, fíate de tus instintos, si ves que no encajáis ¡no te lances!
Mantén una comunicación activa; antes, durante y después del voluntariado. La resolución de dudas, incluso la formación de lazos previamente a tu viaje mejorará por mucho toda la experiencia.
Proactividad y disponibilidad; desde el momento que aterrices hasta tu último día paseando por la organización, cumple con las horas acordadas y si puedes ayuda un poco más, tu tiempo y trabajo son de un valor incalculable, no lo desaproveches.
Respeto y consideración; durante toda tu estancia, ese lugar y su gente se convertirán en tu hogar, tu familia. Como en toda convivencia tendrá sus más y sus menos, es normal, pero debes poner de tu parte respetando las normas, contribuyendo al cuidado de la organización (física y mentalmente).
El idioma; el voluntariado está lleno de nuevas oportunidades de conocimientos, una de ellas es el idioma, no solo es necesario para una buena comunicación, sino que te aportará cualidades profesionales como; mejora de tu nivel, mejora de tus habilidades comunicativas, mejora de tus habilidades sociales e interpersonales, entre otras muchas cosas.
Compromiso y confianza; una vez aceptes el proyecto que te ha propuesto la ONG, estarás aceptando un compromiso de puntualidad, de actitud, de trabajo. Ya no se tratará de lo que tú quieres, sino de lo que los demás necesitan.
Prepárate; el voluntariado es una experiencia única, como con todo tendrá sus aspectos positivos y negativos. Tienes que estar preparado mentalmente para afrontar días grises en los que parece que se te echa el mundo encima, desde la común morriña, pasando por la frustración, y como no, la decepción. Con este último punto también tenemos que hablar de las expectativas demasiado altas, cada uno tiene su propia experiencia.
Pero sobre todo espera lo inesperado, como en todo viaje seguro que se dan situaciones que aun con la mejor preparación no puedan ser evitadas, pero sonríe y échale ganas, cuando mires atrás no te arrepentirás.
Disfruta cada momento, cada segundo, vivirás como nunca has vivido.